12 de diciembre de 2006 |
Gioconda Belli |
Uno no escoge el pais donde nace;
pero ama el pais donde ha nacido.
Uno no escoge el tiempo para venir al mundo
pero debe dejar huella de su tiempo.
Nadie puede evadir su responsabilidad.
Nadie puede taparse los ojos, los oidos, enmudecer y cortarse las manos.
Todos tenemos un deber de amor que cumplir;
una historia que nacer,
una meta que alcanzar.
No escogimos el momento para venir al mundo,
ahora podemos hacer el MUNDO
en que nacerá y crecerá la semilla que trajimos con nosotros. |
posted by lichiaraña @ 10:55   |
|
|
|
BALADA DE OTOÑO |
Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve.
Pintaron de gris el cielo
y el suelo
se fue abrigando con hojas,
se fue vistiendo de otoño.
La tarde que se adormece
parece
un niño que el viento mece
con su balada en otoño.
Una balada en otoño,
un canto triste de melancolía,
que nace al morir el día.
Una balada en otoño,
a veces como un murmullo,
y a veces como un lamento
y a veces viento.
Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados
sobre los campos, llueve.
Te podría contar
que esta quemándose mi último leño en el hogar,
que soy muy pobre hoy,
que por una sonrisa doy
todo lo que soy,
porque estoy solo
y tengo miedo.
Si tú fueras capaz
de ver los ojos tristes de una lámpara y hablar
con esa porcelana que descubrí ayer
y que por un momento se ha vuelto mujer.
Entonces, olvidando
mi mañana y tu pasado
volverías a mi lado.
Se va la tarde y me deja
la queja
que mañana será vieja
de una balada en otoño.
Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados...Etiquetas: Joan Manuel Serrat |
posted by lichiaraña @ 10:37   |
|
|
|
LA PESADILLA DE PETER PAN |
Cada vez que hay luna llena yo cierro las ventanas de casa,
Porque el padre de Mendoza es el hombre lobo y no quiero
Que se meta en mi cuarto. En verdad no debería asustarme
Porque el papá de Salazar es Batman y a esas horas debería
Estar vigilando las calles, pero mejor cierro la ventana porque
Merido dice que su padre es Joker, y Joker se la tiene jurada
Al papá de Salazar.
Todos los papás de mis amigos son superhéroes o
villanos famosos, menos mi padre, que insiste en que él
sólo vende seguros y que no me crea esas tonterías.
Aunque no son tonterías porque el otro día Gómez me dijo
que su papá era Tarzán y me enseñó su cuchillo, todo
manchado de sangre de Leopardo.
A mí me gustaría que mi padre fuese alguien, pero
No hay ningún héroe que use corbata y chaqueta de cuadritos.
Si yo fuera hijo de Conan, Skywalker o Spiderman, entonces
nadie volvería a pegarme en el recreo. Por eso me puse apensar quién podría ser mi padre.Un día se quedó frito leyendo el periódico y lo vi todo Flaco y largo en el sofá, con sus bigotes de mosquetero y susManos pálidas, blancas blancas como el mármol de la mesa.Entonces corrí a la cocina y saqué el hacha de cortar la carne.Por la ventana entraba la luz de la luna y los aullidos del Papá de Mendoza, pero mi padre ya grita más fuerte y parece Etiquetas: cuento, fernando Iwasaki, tanto en poco |
posted by lichiaraña @ 10:29   |
|
|
|
cuento |
Una vez soñé que era un bichito y estaba paseando en un jardín. La hierba era tan alta como los árboles y una piruleta que alguien se había dejado olvidada era tan grande como un autobús. Las flores parecían casas. Las hormigas pasaban a mi lado y sólo eran un poquito más bajas que yo. De pronto sonó un trueno que me asustó mucho y empezó a llover. Cada gota era como si cayera un cubo entero de agua sobre mi cabeza y los charcos se hacían tan grandes como lagos. Encontré un pétalo de rosa con el que me tapé un poco, pero la lluvia no paraba. Un poquito más lejos había una cáscara de nuez tirada boca abajo y pensé que podría meterme allí para no empaparme. Al asomar la cabeza, me encontré allí dentro con otros animalitos que también escapaban de la tormenta. Una luciérnaga estaba en lo alto iluminando el sitio y unos grillos estaban tocando música frotando sus patas. Alguien gritó: “Tú no puedes entrar, eres muy rara”. Yo ni siquiera sabía el aspecto que tenía, me miré en un charquito que parecía un espejo en el suelo y vi que era una mariquita roja con puntitos y unas antenitas que me hicieron gracia al moverse. Pero un escarabajo de un negro reluciente, dijo: “Sí, dejadla pasar, es como yo, sólo que su caparazón tiene otros colores”. Allí también había moscas, y mosquitos, y saltamontes y libélulas, algunos posados en el suelo, otros agarrados en las paredes, y otros jugando a revolotear sobre los demás. Otra cabecita asomó y de nuevo una voz, dijo: “Tú no puedes entrar, no eres como nosotros, no tienes alas”. La pobre pulguita dijo: “No, pero tengo muchos pares de patas, igual que vosotros, y soy pequeña también. El perro en el que vivía me ha tirado de su lomo y no se nadar, tenéis que dejarme pasar”. Muchos dijeron: “Que pase, hay sitio”. Poquito después entró un gusano que se estiraba y se encogía como un acordeón, de un precioso color verde. Alguien dijo: “No puede entrar, no tiene alas y patas tampoco, no es como nosotros”. Una mariposa, con unas preciosas alas de muchos colores, que se había quedado medio dormida colgada en el techo, dijo: “Yo antes era como él, luego me hice una bolsita, pasé mucho tiempo dentro y, al salir, me habían crecido alas, dejadle pasar, cabemos todos”. Cuando mi madre me despertó para ir al “cole” yo no hacía más que repetir, “Cabemos todos, cabemos todos”. Mientras me peinaba, le conté mi sueño y ella me dijo que en la clase, ese día, me fijara en que las personas también somos como los bichitos, que parecemos muy diferentes, porque tenemos la piel y el pelo de muchos colores, somos más altos o más bajos, más gordos o más flacos, pero todos somos iguales, tenemos dos ojos por los que lloramos si algo nos pone tristes, una nariz que nos tapamos si huele mal y una boca con la que nos gusta sonreír, y un corazón que nos hace querer a las personas. Y da igual en qué país hayamos nacido, y no importa que lengua hablemos. Incluso puede pasar que nos guste la comida diferente. Eso, por ejemplo, también me pasa con mi hermana; a ella le gustan los helados de fresa y yo me vuelvo loca por los de chocolate. A ella le gustan unas canciones que yo no entiendo. Pero vivimos en la misma casa. Por eso, desde aquel sueño, creo que el país en el que vivo, y todos los países juntos, y el mundo entero es como una cáscara de nuez gigante en el que, haciéndonos sitio, cabemos todos. |
posted by lichiaraña @ 9:41   |
|
|
|
 |
|
sucede que a veces – ISMAEL SERRANO |
meses |
|
tela de araña |
|
atrapados en mi red |
|
 |
|
Powered by blogger & isnaini |
|
|