Lo amaban, ni más ni menos,
y se sacaba cada mañana las espinas del sueño
Juraba y maldecía y se enredaba en la alambrada de la mansa rutina
Vivía como tú o como yo
Los viernes por la noche iba a buscar a su amor
Fumaba tranquilo,
planeaba la semana y ella le arrancaba el cigarro y lo besaba
Y un día lo mordió el virus el miedoEntendió que las mujeres nunca tienen dueño.
Y temió que ella marchase,
que se agotase el manantial sin un por qué
Venció el miedo y faltó a la última cita,
no descolgó el teléfono que aullaba en la mesilla.
Y el temor a la derrota
lo agarrotó como un calambre, sin un por qué
Duro, intenso y precario
Se enfrentaba cada día al oleaje en el trabajo.
Y una mañana la cobardía lo paralizó en la puerta y no entró a la oficina.
Volvía a despertar y empezaba el periódico como tantos -por detrás.
Vio y sintió la noche del planeta
y su desastre, tuvo miedo y decidió no salir a la calle
Y ahí lo tienes encerrado en casa,
temblando como un niño,
sellando las ventanas, para no ver,
ni escuchar, sentir, notar la vida estallando fuera
Por miedo a sentir miedo fue a la cama,
como una oruga se escondió
y envuelto entre las mantas se durmió,
hizo humo el sueño y se olvidó del mundo
por miedo a despertar
Aún sigue dormido.
Pasaron los inviernos
y aún sigue escondido,
esperando que tu abrazo le inocule la vacuna y elimine
el virus del miedo y su locura
Es cierto! Cuando no quiero hacer algo, me da miedo una decisión o algo así, me meto a la cama, me tapo con las sábanas pensando, no quiero, no quiero...como un niño pequeño diciendo que no quiere ir al cole, que no se quiere enfrentar al mundo...Aunque de momento siempre me he acabado levantando.
Un beso.